En ocasiones, cuando el hombre cambia de pareja, es posible que retorne a la superficie algunas de las viejas dificultades si no quedaron totalmente zanjadas. En tales casos el terapeuta decidirá si es necesario explorar y devolver las fuentes de esta hostilidad antes de que pueda tratarse de lograr una libertad de eyaculación.
En otros casos se requerirá un caso ulterior de ejercicios sexuales con la nueva mujer. Las perspectivas que se le ofrecen al hombre que han sido sufrido eyaculación demorada son buenas. En general, no es probable que vuelva a padecer esta perturbación mientras que cuente con una relación sexual feliz y placentera.
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