viernes, 5 de octubre de 2012

Ejercicios para la Relajación

Empiece Estirándose Bien.

  1. Tendrá que erguirse, estirando sus brazos, su cuello y su espina dorsal hasta que realmente el cuerpo muestre deseos de relajarse.
  2. Deje que desaparezca la tensión y acomódese  en su asiento, bien afirmado en el respaldo para que sus muslos y su columna vertebral tengan donde apoyarse.  Permita que los pies toquen el suelo en toda su extensión.
  3. Cierre las manos y estírelas después.  Sacúdalas un poco, déjelas después reposar sueltas en los brazos de su asiento o en su regazo.
  4. Afloje los hombros, desplazándolos hacia arriba, hacia abajo y en redondo. Cuando no existe tensión, los hombros se sitúan en una posición más baja.
  5. Describa un pequeño círculo con su cabeza; ignore los crujidos a menos que sean realmente dolorosos (en cuyo caso debería acudir al médico).
  6. Apoye su cabeza en el respaldo con los músculos del cuello relajados o, sentándose erguido, deje que su cabeza descanse en posición vertical, sin inclinarse hacia adelante o hacia atrás.
Ahora está dispuesto para la relajación plena.  
  • Primero una espiración, después inspire tranquilamente.
  • Expulse el aire lentamente, cerrando poco a poco los ojos. Haga una breve pausa.
  • Inspire otra vez.
  • Una nueva y lenta espiración y después prosiga respirando del modo habitual, pero con tranquilidad.
Ahora concentre sucesivamente sus pensamientos en cada parte de su cuerpo!
  • Piense en los dedos de sus pies; deben permanecer quietos y relajados (algunas personas retuercen esos dedos cuando se hallan en un estado de alerta extremada).
  • Deje que sus muslos se distiendan un tanto hacia los lados al tiempo que se relajan.
  • Piense en los dedos de sus manos; deje que estén flácidos, ligeramente curvados y quietos.
  • Los hombros han de hallarse relajados y caídos. Evite la tensión en los músculos del cuello.
  • Relaje su cara, permitiendo que desaparezca todo género de expresión. Sus labios apenas deberán tocarse y las filas de sus dientes han de hallarse ligeramente separados.  Cuando se comporta de esa manera los músculos de la frente se relajan y contribuyen también a que se relaje el resto del cuerpo (parecerá entonces que la frente es un poco más amplia y un poco más alta que antes).
  • Capte ahora la sensación de la relajación de todo el cuerpo, recordando que la relajación mental se alivia mientras  que usted se relaja de esa manera. Si al cabo de medio minuto su mente se vuelve activa, repita las etapas ya mencionadas y compruebe la relajación en cada parte de su cuerpo. Cuando se halle completamente relajad, su respiración será más suave, no demasiado profunda, y empezará a sentirse descansado.  permitas que su mente vague con pensamientos agradables y evite pensar en problemas.
Si puede dormir después de estos ejercicios, tendrá un sueño más pacífico y vigorizante.  Podrá compensar todo una noche de insomnio con una hora aproximada de este dormir relajado, y estos ejercicios también le ayudarán a conciliar el sueño nocturno si los practica justamente un poco antes de irse a la cama. Cuando el tiempo que puede conceder a la relajación sea muy breve, abra los ojos al final de cada sesión y mire en torno, permaneciendo relajado. Después respire hondo, estírese  y se sentirá alerta, pero con una tranquilidad y una calma que antes no tenía.  

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