sábado, 19 de mayo de 2012

Sistema Monetario Internacional

La práctica del comercio está fuertemente influida por el funcionamiento del sistema monetario internacional.  Este sistema permite a los diversos países reconciliar los cobros y pagos efectuados entre ellos en sus respectiva moneda.  La balanza de pagos de un país constituye el registro contable integro de las operaciones económicas entre sus ciudadanos  y los residentes restos del mundo durante un período determinado.  Sí un país devenga unos ingresos superiores por ventas en el extranjero a los gastos de compra  de bienes y servicios, su balanza de pagos registrará un superávit y, en realidad, se tratará  de un país acreedor,  existirá un déficit cuando las compras sean superiores  a las ventas, tomando entonces un carácter de país deudor, lo cual tenderá a atenuar el valor relativo de su moneda  (Tipo de Cambio).  

Un superávit en la balanza de pagos tendrá a producir  un aumento ascendente del tipo de cambio de una moneda, ya que el número de compradores es superior al de vendedor en los mercados de divisas mundiales.



Tipos Fijos:  El medio por el cual se regulan los tipos de interés llega hasta la médula misma del sistema monetario internacional.  Según el sistema de tipos fijos que predominó desde finales de la Segunda Guerra Mundial hasta 1973, los países estaban obligados a mantener fijos sus tipos de cambios, exigiendo a sus bancos centrales que intervinieran en los mercados de divisas para asegurar una situación de equilibrio entre la oferta y la demanda de su propia moneda.  De este modo, se pretendían eliminar las depreciaciones competitivas de los tipos de cambios de los años 30.  La renuencia de los países a modificar sus tipos de cambio a pesar de los desequilibrios estructurales y el creciente volumen  de actividades de los especuladores de moneda internacional,  condenaron el sistema de tipo de fijos al fracaso.

Tipos Flotantes: Según el régimen existente en los tipos de cambio, las autoridades monetarias disfrutan de absoluta libertad para permitir  que el tipo de cambio de su moneda "flote" en respuesta a los cambios de presión  en el mercado libre.  En teoría, un país podría equilibrar su deuda exterior simplemente manteniéndose apartado, sin intervenir, y permitiendo que su tipo de cambio se desplace lo suficiente en sentido ascendente  o descendente hasta encontrar  su nivel de equilibrio.  En la práctica, los países  no permanecen absolutamente pasivos; intervienen en los mercados de divisas  siempre que consideren excesivas las variaciones de los tipos de cambios.  Todo esto crea un elemento de incertidumbre en el comercio internacional.           

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